Odiaba a todos, menos a su amigo que la quería mucho.
Un día, consiguió un par de ojos sanos, la operaron y pudo ver.
Cuando lo hizo, el amigo le prenguntó si se casaría con él, a lo que ella respondió que no, porque se dio cuenta de que él era ciego.
El amigo, triste lo comprendío y se despidió de su vida.
En su marcha le dejo esta nota:
Tan solo te pido que cuides muy bien de mis ojos pues te los regalé y ahora son los tuyos.
Te amo.
Hoy, antes de decir algo destructivo, piensa en los que no pueden hablar; Antes de quejarte de tu comida, piensa en los que no tienen que comer;
Antes de quejarte de tus hijos, piensa en quienes no los tienen y los desean;
Cuando estés cansado y reniegues de tu trabajo, piensa en los millones que están desempleados y quisieran el tuyo;
Antes de señalar con el dedo, y tomarte la atribución de juzgar recuerda que todos hemos cometido errores, y lo seguiremos haciendo.
Y cuando el cansancio y las tinieblas quieran timarte y llenarte de pensamientos negativos y destructivos, SONRIE!!
SONRIE y da gracias, porque estás vivo y todavía andas por aquí.
Esta vida no es eterna para nadie.
Es un regalo, una aventura, una celebración, un hermoso viaje.